La justicia transicional implica una búsqueda de reconstrucción social y la resolución de conflictos; en Futuro 21 invitamos a expertos en el tema al conversatorio “Justicia Transicional: en búsqueda de la paz”, moderado por Angélica de la Peña y Tere Vale.
¿Qué significa el concepto?
La justicia transicional alude a las formas en que países que dejan atrás periodos de conflicto y represión, para enfrentarse a violaciones de derechos humanos masivas o sistemáticas. Surge por la necesidad de responder con legitimidad a esas violaciones de derechos masivas y de la rendición de cuentas y reparación para las víctimas, a quienes se prioriza, pues son la figura central del proceso. Por ello, se crean instituciones nuevas y responsables que eviten repetir la violencia estructural y posibilitar el acceso a la justicia. Al respecto, Angélica de la Peña hizo referencia al escenario actual del acceso a la justicia en México, y su opinión es que pareciera que el país enfrenta una guerra civil; aunque estamos en paz, los resultados de la crisis y el desastre humanitario son lamentables.
No hay acceso a la justicia en México
De acuerdo a la académica, activista, exservidora pública y presidenta del Comité de Participación Ciudadana, Marieclaire Acosta, se ha disparado una crisis de violencia e impunidad en los últimos meses, hay centenares de homicidios, cerca de 70,000 desaparecidos y 4,000 fosas clandestinas. Se trata pues, de una macrocriminalidad, grupos criminales coludidos con agentes del gobierno y sectores privados. Aseguró que sólo 1.14% de los delitos se investigan y se resuelven. Por eso es indispensable aplicar un proceso de justicia transicional y facilitar la reconstrucción del Estado de derecho, así como contribuir a la pacificación y reconciliación.
Según la criminóloga y directora de la Academia Iberoamericana de Justicia Transicional, Olivia Rubio, tardaríamos160 años en resolver los casos de homicidios y desaparición forzada del 2006 a la fecha. Este datos nos da contexto para entender por qué la justicia y la reparación del daño no llegan a las víctimas. Aún si se hiciera el esfuerzo para resolver todos estos casos, los afectos y los perpetradores jamás verían la resolución.
Por otra parte, Emlio Álvarez Icaza manifestó que existe un austericidio que lleva a limitar los esfuerzos institucionales; hay reducción significativa a las dependencias que atienden esos casos, un ejemplo es la intención de Morena de desaparecer el fideicomiso para Proteger Periodistas y Defensores de Derechos Humanos. Si bien existen esfuerzos, quedan cortos porque responden a impulsos y carecen de voluntad política.
Sólo se enfocan en casos aislados como Ayotzinapa
Jacobo Dayán, especialista en Derecho Penal Internacional, Justicia Transicional y Derechos Humanos, mencionó que el primer mecanismo de reparación en México fue La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), y la propuesta de Andrés Manuel fue la de continuar con ella, sin entregarla a la Fiscalía de la República, pero “guardaron la agenda y no volvieron a hablar de ella. Olga Sánchez Cordero dijo que mientras no se resolviera Ayotzinapa, la agenda no caminaría”, finalizó Dayán.
Militarización como estrategia para confrontar los conflictos
En el marco de la toma de la CNDH por colectivas feministas, Daniela Malpica, fundadora de “Justicia Transicional en México” y directora en “JUSRED – Justicia, Reconciliación”, aseguró que la organización ciudadana ha sido clave, como el caso de la Okupa en la CNDH, pero el presidente ha respondido a través de la confrontación de cuerpos policíacos. Mencionó que más allá de ver a las mujeres como víctimas también son “las mujeres quienes han liderado los espacios de construcción de paz”.
Sin embargo, la militarización impulsada por Calderón sigue y Malpica aseveró que sólo se le dio un “rebranding”: la Guardia Nacional, que no es más que militares disfrazados de policías, otra estrategia armada para enfrentar los conflictos, sin dejar de lado la tortura como mecanismo.
Voluntad política ausente para que se aplique un proceso de justicia transicional
El sociólogo y senador de la república, Emilio Álvarez Icaza, expresó que “discutir el marco democrático, es discutir la justicia transicional», puesto que debe tener sus propios conceptos, ya que no hay receta. Lo primordial es tener voluntad ante la impunidad estructural que enfrentan miles de víctimas.
Las expectativas altas impulsadas por AMLO se vinieron abajo, ya que la justicia está secuestrada por grandes redes de criminalidad, lo que genera una condición de olvido a la promesa que se hizo en Tlatelolco. Aunque hay casos, como el de Nayarit, que se debería revisar para tomarlo como referente.
Propuestas para aplicar un proceso de justicia transicional
Jacobo Dayán enfatizó la urgencia de que la justicia transicional sea parte de la agenda general, lo cual sólo será posible a través de las organizaciones ciudadadanas, es decir, hacen falta esfuerzos locales, más allá de los organismos federales.
Daniela Malpica, por su parte, enfatizó la importancia de tener a las mujeres en el centro desde la concepción de la investigación y entendimiento de la violencia para crear políticas de justicia transicional, cuya clave será el acompañamiento internacional.
Sin duda, la sociedad civil ha construido propuestas para que el gobierno logre ejecutarlas. El sistema está sobrepasado, porque no hay voluntad política para que los tres niveles se autoinvestiguen.
Agenda ciudadana de Futuro 21
En Futuro 21 analizamos los problemas actuales y proponemos soluciones que puedan llevarse a una agenda pública y ciudadana de cara al próximo proceso electoral. Este es el caso del derecho a la rendición de cuentas y reparación de daños a las víctimas. Te invitamos a conocer nuestra agenda ciudadana y sumar esfuerzos.